Kapoglou ha explicado hoy en Barcelona que "esta obra rezuma espíritu revolucionario, defiende el amor libre y la emancipación femenina, que se enmarca en la juventud de Wagner, cuando surge un movimiento de cambio en la literatura, en la música".

En la nueva versión, que resume las 3 horas y media que dura el original hasta 1 hora y 50 minutos, se redujo la obra a "su esencia personal mínima en cuanto a dramaturgia y música", y al mismo tiempo también se disminuyó el aparato de la orquesta.

El director musical, Fausto Nardi, ha precisado en la presentación que "no solo se ha reducido el número de instrumentos, sino que también hemos recreado el sonido, con una orquesta de cámara pequeña formada por instrumentos actuales".

En esa orquesta de doce instrumentos hay un quinteto de cuerda, una flauta, un clarinete, una guitarra eléctrica, saxófonos y diversas percusiones, ha añadido Nardi, quien remarca: "tocaremos Wagner, pero utilizando un color muy particular".

Desde el inicio de la concepción de la nueva producción, Kapoglou subrayó el paralelismo entre las metas comunes de aquel movimiento de protesta literario conocido como la "Joven Alemania" que inspiró a Wagner y los movimientos de protesta juvenil de mayo de 1968 y de los años 70 en los que él basaba la acción de la obra.

La ópera no pudo evitar cierto "malditismo", pues se representó muy poco, a principios de 1836, cuando Wagner apenas contaba 23 años, y con poco público, en unas ocasiones por problemas económicos de los teatros, en otros por celos en el seno de la orquesta.

"Das Liebesverbot" fue rechazada en Leipzig por ser una "ópera inmoral"; en Berlín, Wagner no consiguió el puesto fijo de director de orquesta sustituto y la ópera no fue pagada ni ensayada y el músico depositó su esperanza en París, donde por recomendación de Giacomo Meyerbeer debía estrenarse en marzo de 1840.

Sin embargo, el teatro Renaissance, donde debía estrenarse, entró en bancarrota poco antes de iniciarse los ensayos y en vida de Wagner ya no hubo ninguna representación de la ópera, que finalmente tendría un reestreno en 1923 en Múnich.

Desde entonces, se han representado diversas producciones en 1957 en Dortmund, en 1973 en el Festival Internacional de la Juventud de Bayreuth, y en 1983 en la Ópera Estatal de Baviera, en 2002 en Múnich y en 2005 nuevamente en Bayreuth, donde Kapoglou presentó esta nueva producción que ahora se verá en Peralada.

Kaploglou se plantea que, si Wagner hubiera tenido éxito con esta obra, quizá hubiera seguido esta misma senda y habría escrito óperas cómicas del mismo estilo y habría acabado conquistado los bulevares parisinos como hizo Offenbach.

Para realizar la nueva versión, ha señalado Nardi, se ha respetado el espíritu de la ópera original, que "aunque Wagner siempre rechazó como pecado de juventud, presenta elementos de la ópera francesa y de la ópera cómica italiana".

"La prohibición de amar" se interpretará en la Iglesia del Carme de Peralada, en la que la orquesta se situará en el altar y los cantantes en el centro, con el público alrededor, en una disposición que permitirá evocar, en palabras de Nardi, "una atmósfera muy shakesperiana, no en vano, Wagner se inspiró para la composición de esta ópera en 'Medida por medida' de Shakespeare".

La celebración de Wagner en el festival de Peralada de este año tendrá otros momentos culminantes el 2 de agosto con la Orquesta del Mariinsky, que interpretará fragmentos de "Las Valquirias" y "Tristán e Isolda"; y en la fiesta final del festival con Joan Font de Comediants, que propiciará un "encuentro" en Peralada de Verdi y Wagner.

EFE