El montaje que llega a Barcelona, con dirección musical del británico Harry Bicket, cuenta como director de escena con el alemán Claus Guth, quien hoy, en rueda de prensa, ha comentado que cuando empezó a trabajar en el proyecto el mundo vivía marcado por la guerra de Iraq, lo que, en cierta manera, se traslada, a la escena.

Lucio Silla, una ópera seria, en tres actos, con libreto de Giovanni de Gamerra -con modificaciones de Pietro Metastasio-, sitúa la acción en la Roma del año 79 a.C, con el general Lucio Silla de protagonista, un dictador desde el fin de su enfrentamiento con el general Cajo Mario, jefe del partido popular, unos años antes.

Claus Guth ha reconocido un cierto toque futurista en este espectáculo, especialmente por la visión que ofrece de la arquitectura de los dictadores, bajo tierra, con una atmósfera de búnker.
Se trata de reflejar, según ha indicado, "un mundo cerrado, muy oscuro, donde también destaca la belleza".

Guth no ha escondido que cuando conoció la obra quedó "irritado y fascinado por la gran oscuridad que tiene, a pesar de su final feliz". "Es muy obsesiva, se adentra en la oscuridad de manera marcada", ha apostillado.

Asimismo, ha sostenido que, más allá de la vertiente política, la obra supuso para un Mozart todavía no adulto "un viaje muy interesante al submundo de las personas".

Precisamente, la cantante francesa Patricia Petibon, que actúa en el papel de Giunia, se ha sumado a estas explicaciones aseverando que el músico de Salzburgo fue "un gran pintor del alma humana, tanto en su vertiente clara como en su vertiente más oscura".
A la vez, lo ha calificado de visionario en muchos aspectos, también en el tratamiento hacia las mujeres.

"Mozart -ha proseguido- fue un compositor feminista, con unos personajes femeninos que pueden mostrar su inteligencia y también otros aspectos, sin ser un mero objeto de decoración".
Respecto a la cuestión musical, Petibon entiende que las arias suponen para los cantantes una gran exigencia por sus características técnicas. "Son como guirnaldas de notas repetitivas, que exigen para su interpretación una verdad de alma impresionante".

El tenor Kurt Streit, en el rol de Lucio Silla, ha mantenido, por su parte, que la parte de canto de su personaje "no es especialmente difícil, pero, en cambio, sí pide mucho la de actuación".

En este sentido, ha señalado que se trata de un personaje, en un mundo soterrado, rodeado de su gente, que quiere ser bueno, pero "a la vez es un dictador y tiene el poder para todo, incluso para que Giunia lo quiera, aunque ella le diga que no".

El director musical Harry Bicket, reconocido por su interpretación de la música barroca, no ha dudado en afirmar que "Lucio Silla" es una ópera que supone un "gran avance", así como "un punto de inflexión" para el género puesto que a partir de esta pieza "la ópera seria se convierte en más dramática".

Viejo conocido del Liceo, a preguntas de los periodistas, Bicket ha alabado la Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatro al entender que ha mejorado con el tiempo.

La ópera podrá verse los días 21, 22, 26 y 28 de junio, así como los días 1, 2, 4, 5, 6 y 7 de julio, con dos repartos diferentes.

Además de Kurt Streit, Lucio Silla será interpretado por Alessandro Liberatore, mientras que Giunia será representada por Petibon y Laura Aikin.

El resto del elenco se completa con Silvia Tro Santafé, Marina Comparato, Inga Kalna, Iano Tamar, Ofèlia Sala, María José Moreno y Antonio Lozano.