Adiós a Salvatore Licitra

El tenor Salvatore Licitra, uno de los más importantes del panorama operístico italiano, falleció el pasado lunes en el Hospital Garibaldi de la localidad siciliana de Catania, donde permanecía ingresado desde el pasado 27 de agosto, tras resultar herido de gravedad en un accidente de tráfico. Licitra, de 43 años, era considerado el heredero de Luciano Pavarotti. Su gran salto a la fama llegó el 11 de mayo de 2002 cuando debutó en el Metropolitan Opera de Nueva York reemplazando a Pavarotti en "Tosca" y su actuación fue seguida delante del teatro con una pantalla gigante por cerca 3.000 espectadores que le dedicaron una ovación de varios minutos. Salvatore Licitra, nacido en Suiza de padres sicilianos, debutó como tenor en el Teatro Regio de Parma con "Un ballo in maschera" de Giuseppe Verdi en 1998, y en 1999 fue elegido por el director Riccardo Muti para interpretar en el teatro de La Scala "La forza del destino".
En el año 2000 Licitra se pone en la piel de Mario Cavaradossi para la ópera Tosca en la Scala de Milán bajo la dirección de Riccardo Muti. Licitra lleva adelante una interpretación simplemente genial, su voz se desarrolla con excelente tono y una actuación fenomenal. El Scarpia de Leo Nucci es probablemente la representación más sádica y aterradora que se ha visto desde Tito Gobbi y Raimondi Ruggiero. Por último, tenemos a la formidable soprano dramática María Guleghina que se luce en el rol de Floria Tosca.
Música: "Tosca" de Giacomo Puccini - Primer Acto - Orquesta y Coro de la Scala de Milán dirigida por el maestro Riccardo Muti actuando como solistas María Guleghina como Floria Tosca, Salvatore Licitra como Mario Cavaradossi y Leo Nucci como Scarpia.

Camille Saint-Sáens

La Danza macabra de Camille Saint-Sáens es un poema sinfónico (Saint-Sáens es el primer francés en adoptar esta forma creada por Liszt) que lleva el número de opus 40, compuesto en 1874 y basado en un poema de Cazalis, en el que la muerte toca el violín y los esqueletos bailan a su compás. Para conseguir este clima fantasmagórico, Saint-Sáens hace uso de variados recursos orquestales, desde un xilófono que imita el ruido de los huesos al danzar, a la inclusión del Dies Irae o la personificación del oboe como gallo que anuncia la salida del sol. El sonido irreal del violín se logra cambiando la afinación de la cuerda más aguda... La Danza macabra de Camille Saint-Sáens a continuación en Hágase la Música

Camille Saint-Sáens fue compositor, pianista, organista, director de orquesta, organizador de conciertos, crítico y pedagogo. Durante toda su carrera se mantuvo fiel a una misma estética, en contraposición a todas las corrientes que se darían desde Wagner a Schoenberg. Fue un niño prodigio, de familia humilde, que durante su carrera estudió con varios maestros. Intentó ganar el Prix de Rome dos veces y fracasó. Estudió composición con Halévy y ganó un premio con su Oda a Santa Cecilia. Acudieron a sus conciertos de órgano en la iglesia de la Madelaine personajes de la talla de Clara Schumann, Pablo de Sarasate o Antón Rubinstein. También fue concertista y realizó prolongadas giras en las que ejecutaba sus propios conciertos de piano e incluso dirigía sus propias obras para orquesta. La génesis de su Sinfonía Nº 3 (en realidad la quinta y última que compuso) debe buscarse en Inglaterra. A pesar de su reputación, Saint-Saëns no fue siempre un profeta en su tierra. Figura polémica hasta el final de sus días (algo a lo que no sólo contribuyó su estética musical, sino su homosexualidad), las enemistades que tuvo con muchos de sus colegas le cerraron muchas puertas. En el mundillo musical francés se clamaba contra Saint-Saëns, y no hallaron mejor manera de humillarlo que organizar una conjura que le expulsase de la Sociedad Nacional de Música. El motivo que Vincent D’Indy y otros colegas de profesión esgrimieron en su contra fue que programaba demasiadas obras de compositores extranjeros en los conciertos de la Sociedad, algo que malamente podía conjugarse con su supuesto papel de difusor de la música gala. Saint-Saëns acusó este golpe bajo pero se repuso estrenando más obras suyas en el extranjero, como repulsa ante un país que tan ingratamente le recompensaba su devoción. Hacia la época en que D’Indy y los suyos desplazaban a Saint-Saëns de la Sociedad Nacional, la Filarmónica de Londres realizó al músico la propuesta de participar en uno de sus conciertos de la temporada de 1886. Saint-Saëns respondió que accedería encantado…previo pago de la módica suma de cuarenta libras esterlinas. Los británicos replicaron que debía sumar al honor de esa petición el escribir una obra para la Filarmónica…aceptando únicamente treinta libras por su aparición en los conciertos. Saint-Saëns, célebre por ser un hombre práctico, aprovechó que ya tenía una sinfonía esbozada y la presentó a la orquesta como si se hubiera puesto a escribir frenéticamente en ella apenas recibido el encargo. Se trataba de la Sinfonía Nº 3. Se dice que la sinfonía fue dedicada a Liszt con motivo del fallecimiento de éste, pero es probable que la dedicatoria fuese realizada posteriormente, ya que el compositor húngaro, que tanto había hecho por ayudar a Saint-Saëns, murió el 31 de julio de 1886 y la obra se estrenó el 19 de mayo de ese mismo año. No se puede negar, en cambio, la profunda influencia lisztiana que hay en esta obra, comenzando por la presencia de un tema principal presente en los cuatro movimientos, que es desarrollado profusamente y da lugar a otros temas secundarios. Además, la adición de un órgano dentro de la plantilla orquestal remite al poema sinfónico de Liszt La batalla de los Hunos. La denominación “Sinfonía con órgano” es más que correcta, ya que no se pretende aquí otorgarle un papel concertante. De hecho, sólo aparece en el segundo y cuarto movimiento.
A pesar del enorme éxito que obtuvo con la sinfonía, Saint-Saëns manifestó que no escribiría más obras de este género. Algo en su interior le decía que, a pesar de la precisa construcción formal y la lograda escritura polifónica de la Tercera nunca estaría, al igual que sus otros colegas franceses, a la altura de los grandes arquitectos sinfónicos germanos. Y lo cierto es que tenía razón, mucha razón.
Música: Danza macabra en primer término y Sinfonía Nº 3 "Órgano" de Camille Saint-Sáens - Orquesta Sinfónica de París bajo la dirección del maestro Daniel Barenboim

Obertura 1812

La Obertura 1812 de Piotr Illich Tchaikovski se ha convertido en pieza obligada del repertorio orquestal y de la historia musical rusa. Fue compuesta por encargo de Antón Rubinstein para ser interpretada en una exposición en Moscú, por lo que el autor elige el tema patriótico de la resistencia de su país frente a la invasión napoleónica. En la obra podemos oír fragmentos del himno francés, La Marsellesa, y una verdadera descripción sonora de una batalla, con sus ataques de la caballería y el combate cuerpo a cuerpo. Como novedad sin parangón, en el momento culminante utiliza un cañón, cuyas explosiones apunta Tchaikovski en la partitura.
Música: Obertura 1812 de Piotr Illich Tchaikovski – Orquesta Filarmónica de Nueva York bajo la dirección del maestro Leonard Bernstein.

Ciclo 2011 - Programa N° 6 - 11/09/11
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