Viernes, 26 de Abril de 2024

Mozart

La fábula de Amadeus

La fábula de Amadeus

La obra genial despierta siempre la apetencia de evocar la figura de su creador. Nos gustaría descubrir todos los secretos de la obra, los pensamientos y las ideas que acompañaron a su creación, pero también, y quizás con más fuerza, querríamos descubrir a su autor en los momentos más insignificantes de su vida.







Mozart, que empezó a viajar a los seis años acompañado de toda su familia, que continuó luego sólo con su padre o con su madre, hasta quedar en Viena alejado de los suyos, nos ha dejado la mayor colección de cartas que nunca haya producido ningún otro artista. En esas cartas, y en las de su padre, hay abundantes noticias sobre todo eso que nos permiten seguir el rastro de una existencia y comprender una personalidad que, enfrentada a una obra, no siempre se ha interpretado con la debida mesura.

Los primeros biógrafos colocaban la música de Mozart fuera de este mundo, en una esfera angélica, y a la persona también. Para hacer eso tenían que apartar la vista de muchas de las cosas que aparecen en esas cartas, simplemente porque son humanas, o destruir las cartas, cosa que llegaron a hacer sin ningún escrúpulo, precisamente en nombre de sus propios escrúpulos. Se trataba de una visión romántica que desfiguraba el carácter de la obra y el de su creador; la música de Mozart no es precisamente impasible, si es eso lo que se quiere decir cuando se alude a los espíritus puros, y menos el hombre que fue capaz de imaginarla. Ahora podemos leer esas cartas sin padecer escándalo, porque ya hemos perdido el respeto a la imagen del genio que fabricó el Romanticismo.

Según su hermana, Mozart era pequeño, flaco, de tez pálida y sin ningún rasgo especial en su fisonomía. Los retratos que conservamos no son de gran ayuda, algunas veces tenemos la sensación de que se refieren a personas diferentes, muchos son estampas de época, y todos ellos de bastante mala mano.

Tendremos que fiarnos del juicio de la mujer que compartió su vida, que encontraba mayor parecido en el que le hizo Lange; Mozart, sin peluca, con su propio pelo castaño claro, aparece tocando el piano ensimismado. Por supuesto, ésa era su actitud siempre que hacía música; su padre y muchas otras personas lo recuerdan, desde muy niño, muy serio, incluso solemne, cuando se sentaba al piano o estaba ocupado en hacer música de cualquier otra manera. Sabemos, además, que en los últimos años de su vida, Mozart parecía abstraído, ensimismado, con mucha frecuencia, incluso en las situaciones más corrientes. Recordemos que para Stendhal, la característica fundamental del temperamento de Mozart es la melancolía.

Y, sin embargo, es su sentido del humor, una incontenible tendencia a la comicidad algo indigesta, su afición al chiste y al despropósito, sus infantiles caídas en lo escatológico, lo que con más frecuencia se nos ha puesto delante para anular todo lo demás; a pesar de que estas salidas de tono quizás no fueran más que una máscara para ocultar lo más profundo de su mente, su mundo de creación, ese mundo que cuando se imponía en los momentos más cotidianos de la vida, le hacían perderse del todo mientras tamborileaba con los dedos sobre una mesa, en su sombrero, en la cintura sobre la cadena de su reloj.
Todo eso cabe en la figura de Mozart y debe mostrarse sin quitar ni poner, sin idealizar tampoco, sin dar por supuestas las cualidades que deban acompañar necesariamente a la capacidad creadora ni las virtudes que deban adornarla. Quedarse tan sólo con el hombre de apariencia insignificante y de humor festivo, de alguien que no estuvo a la altura de su obra, que ni siquiera fue consciente de la grandeza de lo que hacía, es una reducción tan deformante como la de los románticos, y el tópico que hoy tenemos que combatir. Está tan fuera de duda que Mozart no adoptó una actitud vital trascendente, eso vendría después, como que ante la música nunca se permitió trivialidad alguna. Desde niño, para dar a conocer alguna obra de su invención, y aún para lucir sus facultades de intérprete, miraba mucho que entre sus oyentes hubiese personas verdaderamente entendidas; sabemos que no siempre fue indulgente con la obra de los demás, ni paciente, ni humilde con los pareceres sobre la suya propia.
Pero una cosa es la historia y otra muy distinta las fabulaciones sobre la historia. La literatura de todos los tiempos ha sentido la atracción de enfrentar la vida y la obra de los grandes, porque inevitablemente solemos colocar la obra en un plano ideal y cualquier rastro de vida, de realidad, quebranta ese idealismo. En las fabulaciones no se persigue la objetividad, sino los contrastes que producen dramatismo. Ya Pushkin se sintió atraído por la muerte de Mozart; el hecho de que el creador de un arte luminoso tuviera una muerte cargada de tintes sombríos, ciertos o inventados, era un material dramático de gran valor.

La última fábula sobre Mozart, una obra de teatro adaptada al cine, es la fábula de Amadeus. En ella aparece Mozart, la música de Mozart, y otro músico, escasamente capacitado para la composición, pero dotado de una conciencia enfermiza sobre el valor de la obra de arte. Se trata de una paradoja: la música de Mozart es el gozoso e inexplicable milagro de la creación artística, su autor un ser indigno por completo, inmoral y chocarrero, que ni siquiera es capaz de tomarse en serio aquello que le viene llovido del cielo, y el que descubre y juzga tal desproporción, la descomunal paradoja, es Salieri, el músico mejor colocado y más influyente de la corte. Todo lo que se nos cuenta guarda cierta analogía con la verdad histórica, pero no es la verdad histórica ni pretende serlo, así que no viene a cuento quejarse de ese Mozart que el autor ha colocado ante un espejo deformante, tampoco del agigantamiento de su enemigo, que no tuvo en realidad ni el mérito de la clarividencia ni el demérito de la envidia, al menos en esa medida; lo aceptamos porque comprendemos el sentido de la fábula, y sobre todo porque la música es la gran protagonista.

Utilice esta guía para recorrer la vida de Mozart de manera cronológica.
Entrega siguiente: Los niños prodigio
Bibliografía: Mozart de Rafael Pérez Sierra

Más Notas
Cosi fan tutte
1788 - 1789
Don Giovanni
Triunfo en Praga y la muerte de Leopoldo
Las bodas de Fígaro

Ver Historial




Breves

  • HECTOR BERLIOZ

    Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.

  • El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.

  • La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.

  • La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.

  • En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.


Citas

  • DANIEL BARENBOIM

    "Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"

  • GEORGE GERSHWIN

    "Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"

  • GUSTAV MAHLER

    "Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"

  • FRANZ SCHUBERT

    "Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"

  • BEDRICH SMETANA

    "Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"

MULTIMEDIA

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 28

  • Concierto para violín y piano

    Félix Mendelssohn

  • Sinfonía Nº 6 "Patética"

    Piotr Illich Chaikovski

  • Va pensiero

    Orquesta y Coro de la Scala de Milán - Ricardo Mutti

  • Concierto para piano Nº2

    Sergei Rachmaninov

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Nº 1 - 05 de septiembre de 2010

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 27

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Programa N° 12 - 21 de noviembre de 2010

Intérpretes

Músicos

Pedro Maffia

Pedro Maffia

Inauguró una modalidad completamente nueva de ejecutar el bandoneón. Dejaba el fuelle cerrado, sin alargar ni contraer sus pliegues. Gracias a este método, el imperioso instrumento del tango alcanzó con Maffia una mayor precisión y pureza de sonido. "El pibe de Flores", como se lo conocía por entonces, llevó el fueye a uno de sus puntos de mayor altura interpretativa. Anibal Troilo, que percibió en él al maestro, le dedicó el tango A Pedro Maffia, y Astor Piazzola compuso Pedro y Pedro, en homenaje a él y a Pedro Laurenz

Voces

Roberto Rufino

Roberto Rufino

Escuchar a Roberto Rufino entonar "María" o "La novia ausente" o "Malena" o cualquiera de los tangos que había elegido para su repertorio, era advertir que ese tango iba desgranándose de a poco y que las palabras surgían por separado, sin dejar de integrar el todo que las reunía, con la fuerza propia que debían tener en su contexto. Rufino fue eso; un decidor, un fraseador, un intérprete que sabía perfectamente cual era el mensaje de lo que estaba cantando. En 1997 fue declarado "ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", y en 1998, "ciudadano ilustre de la cultura nacional".

Músicos

Juan Carlos Cobián

Juan Carlos Cobián

Corrían los años finales de la década de 1910 y el tango luchaba por liberarse del ingenuo primitivismo musical de sus orígenes, internándose en formas orquestales más complejas. Evolucionaba también el papel del piano, hasta entonces reducido a la simple marcación del ritmo. Comenzaba a delinearse una tendencia estilísticamente depurada y novedosa, el llamado por algunos estudiosos «tango romanza», entre cuyos precursores se destaca la figura de Juan Carlos Cobián.

Junín, 13/06/2016

Presentaron “Tango en Junín”

Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.

Mar del Plata, 30/05/2016

Amelita Baltar en el Teatro Colón

El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.

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