En la segunda mitad del siglo XVII, la ópera veneciana pronto se difundió por toda Italia y se convertió en el arte dominante. En cada sector de la península itálica las historias representadas y cantadas adquirieron un significado local propio, a través del héroe o semidiós propio de la ciudad o región. Así, se dieron situaciones como la representación de una ópera completa o con escenas cambiadas, según el escenario. El sistema de temporadas en Venecia dió libertad a la compañía para actuar en otras ciudades, posibilitando que aprecien el nuevo arte desde Bolonia a Génova, Milán o Florencia. Los más amplios adoptaron el nuevo género y comenzaron a componer para él, con un entusiasmo cuyo destacado lo constituye la obra de Alessandro Scarlatti (1660-1725). Entre las más reconocidas óperas del siglo XVII fuera de Venecia encontramos La muerte de Orfeo y San Alesio de Stefano Landi, La cadena de Adon de Domenico Mazzocchi, y La fuerza del amor paterno y La Rosaura de Alessandro Stradella.
Pontífices y cardenales (entre ellos los sobrinos del papa Urbano VIII) auspiciaron la ópera en Roma construyendo un teatro en su palacio Barberini en 1633. Allí se estrenaron y cantaron dramas musicales de Stefano Landi, Virgilio y Domenico Mazzocchi, Marco Marazzoli y Loreto Vittori. El papa Clemente IX, antes de asumir fue libretista y director de escena, además de compositor, cuando aún se llamaba Giulio Rospigliosi. A Urbano VIII lo sucedió Inocencio X en 1644, quien consideró a la ópera un espectáculo mundano y las prohibió. Reaparecieron en el siglo XVIII, pero sólo durante el Carnaval. Uno de los principales creadores de óperas romanos fue Luigi Rossi quien presentó el drama El Palacio de Atlantis en el palacio del cardenal Barberini en 1642. Con él huyó a París, perseguido por Inocencio X.
HECTOR BERLIOZ
Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.
El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.
La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.
La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.
En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.
DANIEL BARENBOIM
"Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"
GEORGE GERSHWIN
"Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"
GUSTAV MAHLER
"Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"
FRANZ SCHUBERT
"Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"
BEDRICH SMETANA
"Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"
Ciclo 2011 - Programa N° 4
Carl Maria von Weber
George Gershwin
Maurice Ravel
Biografía
Leo Nucci (Rigoletto)
Johann Christoph Pachelbel
Ciclo 2012 - Programa N° 33
Tenía la pinta de un malevo imaginado por Jorge L. Borges. La de un compadre de los viejos tiempos, de aquellos que solían transitar entre el campo y los arrabales de la ciudad, silenciosos y distantes, que solamente respondían ante una provocación. Aunque el suyo fue un caso particular, sólo el tango lo llevaba a la acción. Y fue el más violento de todos, porque los títulos que engrosaron su repertorio fueron desafíos que confrontó hasta sangrar, todos elegidos para tal efecto, salvo algunas licencias como para aliviar tensiones.
Nació el 25 de febrero de 1892 en el barrio porteño de Barracas, hijo de un matrimonio de inmigrantes franceses analfabetos, y su verdadero nombre era Lorenzo Aróla, pero los muchos admiradores de su virtuosismo prefirieron siempre llamarlo El Rey o el Tigre del bandoneón. A su inventiva de ejecutante se le atribuye una multitud de novedades: el rezongo, el fraseo, los ligados.
Como decía un amigo mío "Alberto Marino es un lujo para el tango". Esta exageración obedecía, seguramente, a su registro de tenor y a la influencia de la escuela italiana de canto que si bien la tuvieron varios vocalistas del tango, en el caso del Tano Marino generaba la sensación que le sobraba voz para el desafío que le presentaban las letras. Pasaba de un potente agudo a un profundo bajo con la facilidad de los elegidos, poseía un vibrato inconfundible pero del cual no abusaba. Sus detractores, no obstante reconocer su capacidad, le enrostran que era frío y carente de media voz.
Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.
El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.