Viernes, 26 de Abril de 2024

Clásica y Ópera | Ópera

El Cónsul de Gian Carlo Menotti

El Cónsul de Gian Carlo Menotti

Menotti cuenta que tuvo la idea de El cónsul en un vuelo que hizo de Europa a Estados Unidos en 1947. Allí fue testigo de una escena en la que una anciana y pobre campesina italiana era torturada por las preguntas de la policía de inmigración, preguntas que no entendía y que por lo tanto no podía responder. Menotti llegaba de una Europa destruida en la que sólo entonces, después de la Segunda Guerra Mundial y de la caída del régimen de Hitler, salía a la luz toda la brutalidad criminal bajo la que habían sufrido y muerto millones de personas.








Drama musical en tres actos (seis cuadros). Libreto de Gian Carlo Menotti.

Personajes: John Sorel (barítono); Magda, su esposa (soprano); la madre de John (contralto); un agente de la policía secreta (barítono); la secretaria del consulado (mezzosoprano); Kofner (bajo); una anciana italiana (soprano); Ana Gómez (soprano); Vera Boronel (mezzosoprano); Nika Magadoff (tenor); Assan, amigo de Sorel (barítono).

Lugar y época: Un lugar cualquiera en Europa, en los años treinta.

Argumento: Este drama de la desesperación humana (como lo ha denominado su autor) se desarrolla en dos lugares: uno, pobre pero digno, símbolo de la humanidad más pura, es la casa de los Sorel; el otro, opresivo por su despersonalización burocrática, incluso por su deshumanización, es el consulado de una gran potencia que no se nombra, donde todo hombre que busca auxilio se convierte en un caso, en un número de expediente, y el señor cónsul está siempre tan ocupado que nunca puede recibir a ninguno de los necesitados que solicitan su ayuda. Sorel es un luchador por la libertad en un estado dictatorial que tampoco se menciona: en algún lugar de Europa. El aparato del estado policíaco cae sobre él, lo destroza, lo mata. Y en esa locura de destrucción, en ese delirio de muerte que ha desatado lo más horroroso de todos los siglos, mata a su valiente mujer y a su hijo en la cuna.

En el primer cuadro, la mujer de Sorel lo oculta a la policía, que practica allanamientos en las casas en persecución de participantes en reuniones secretas. Una vez que ha pasado el peligro, Sorel se despide de sus seres queridos; sabe que sólo podrá salvarse cruzando la frontera.

El cuadro segundo nos muestra a su mujer, Magda, en el consulado de una potencia extranjera limítrofe, que pasa por defensora de la libertad y en consecuencia por deseado país de asilo para los perseguidos. Ha ido en busca del permiso de entrada para ella y su hijo: quiere encontrarse cuanto antes con su marido en la anhelada libertad. Pero en el consulado las cosas ocurren de una manera totalmente diferente a como las habían imaginado ella y Sorel. Tiene que esperar mucho tiempo en medio de una multitud que busca auxilio. Allí está sentada una mujer extranjera, perdida en un mundo del que apenas comprende el idioma y menos aún su insensibilidad (su hija está enferma en el otro país, ¿por qué no la dejan ir en seguida con ella?); también está allí el señor Kofner, prototipo de la paciencia humana, que espera desde hace meses el visado que tal vez no llegue nunca y que significa toda su vida futura; allí están asimismo Ana Gómez y Vera Boronel, la primera un ser misterioso, la segunda un ser insignificante (y precisamente será ésta la única persona que obtenga el visado en el último momento, ya que necesita menos trámites que el resto); también está allí un hombre singular, el mago Nika Magadoff, que practica delante de la secretaria del cónsul sus sorprendentes trucos con la esperanza de conseguir, quizá, el visado. Magda entra en ese grupo. Quiere explicar su urgente caso. Pero ¿a quién? El cónsul no está disponible. La secretaria está sentada como un símbolo viviente y sin embargo pétreo ante la puerta de su despacho. Pregunta con un tono de voz frió y rutinario. Los detalles no le interesan. Sin embargo... ¡está Magda Sorel, la mujer del combatiente de la libertad! Esto allí no vale nada. Allí valen los nombres, la edad, el estado civil, firmar una solicitud que ha de rellenarse y cursarse con exactitud; además, hay que volver al cabo de un periodo de tiempo determinado y que no hay manera de abreviar. Magda tiene que hacer eso, al igual que los otros. Los otros pobres diablos, los débiles, los que han caído entre los engranajes de las potencias. Y el cónsul no está disponible; la secretaria, que en sí no es mala persona, después de años de rutina se ha vuelto insensible a la desdicha humana, que no está en condiciones de aliviar, y tal vez tampoco su jefe ni ninguna otra persona.

No es necesario describir con detalle el drama. Tiene un desarrollo atroz, violento, despiadado y cruel. En la casa de los Sorel se suceden los golpes: los allanamientos por sorpresa, los sutiles interrogatorios, las amenazas, la muerte del niño, de la madre, la angustia de Magda, que crece por horas hasta hacerse insoportable, la angustia por el hombre que ha escapado. Luego una nueva visita al consulado, donde no hay nada nuevo, en cuyos bancos están sentados fantasmas iguales a los solicitantes, donde la secretaria llena formularios y escribe a máquina, y el señor cónsul no está disponible. El mago exhibe una vez más sus dotes de hipnotizador: pone en trance a todos los pobres diablos cuya villa se ha detenido y los hace girar lentamente en círculo. Son como marionetas que cuelgan de hilos invisibles, muñecos a merced de poderes superiores. Es una visión horrible.

John vuelve en secreto a su casa. No ha podido soportar la larga separación. Pero la policía actúa inmediatamente. No es posible escapar a sus maquinaciones. Cuando detienen a Sorel, no quedan dudas sobre su destino. Magda corre una vez más al consulado, suplica, quiere explicarse, pierde el sentido. Es una de las escenas más conmovedoras del teatro universal. Luego regresa a su casa y abre las espitas del gas. Es el único camino que le queda para encontrarse con John y con la libertad. Mientras la muerte toma posesión de ella, todas las figuras de sus últimos días danzan a su alrededor: la secretaria y Vera Boronel, Ana Gómez y el mago, la madre y John, el paciente señor Kofner y la anciana señora italiana. La angustia de Magda asciende hasta un punto culminante. Ve desaparecer sus amores en medio de la niebla. La secretaria dirige la danza, que todos bailan al ritmo de un vals extrañamente irreal mientras van desapareciendo en las sombras. Suena el teléfono, pero Magda no tiene fuerzas para levantar el auricular. Sigue sonando cuando se vuelca la silla de Magda y la mujer encuentra una muerte redentora.

Fuente: Menotti cuenta que tuvo la idea de El cónsul en un vuelo que hizo de Europa a Estados Unidos en 1947. Allí fue testigo de una escena en la que una anciana y pobre campesina italiana era torturada por las preguntas de la policía de inmigración, preguntas que no entendía y que por lo tanto no podía responder. Menotti llegaba de una Europa destruida en la que sólo entonces, después de la Segunda Guerra Mundial y de la caída del régimen de Hitler, salía a la luz toda la brutalidad criminal bajo la que habían sufrido y muerto millones de personas.

Libreto: No es difícil identificar el país de la dictadura donde Menotti sitúa la acción de El cónsul con la Alemania del Tercer Reich. El país representado por el cónsul y en el que es tan difícil entrar podría ser cualquier país de Europa occidental. El libreto es de un dramatismo sobrecogedor, pero es también un documento de primer nivel, que en el futuro puede prestar un testimonio conmovedor contra nuestra época. Una acusación como hay pocas en la historia operística. Al margen de la opinión que se tenga sobre Menotti como compositor, como autor teatral ha escrito con El cónsul una de las tragedias más efectivas de nuestra época, una vibrante protesta contra la injusticia y la indiferencia.

Música: La música de El cónsul ¿es un entretenimiento de gran nivel, como afirman muchos, o es otra cosa, algo más? La palabra y la música constituyen aquí una unidad sin fisuras; la música subraya la acción de la manera más efectiva. El lenguaje musical es moderado, de ninguna manera vanguardista; no se niega la melodía cantable, las disonancias son coherentes con el drama, es decir, encuentran su motivación en la acción escénica, en el horrible transcurso de una acción disonante en sentido humano. Con una orquesta de cámara se logran sorprendentes efectos sonoros. ¿Son el resultado de la sustancia musical o sólo una cadena de efectos hábilmente logrados? El caso es que Menotti ha creado un documento de época, ha probado con éxito la capacidad de la ópera para apropiarse de argumentos próximos a la realidad.

Historia: El texto fue galardonado en los años 1949 y 1950 con dos de los más importantes premios artísticos de Estados Unidos: el Pulitzer y el de los críticos teatrales de Nueva York. El estreno de El cónsul tuvo lugar el primero de marzo de 1950 en el Teatro Schubert de Filadelfia; catorce días después se representó en Nueva York (en el Teatro Ethel Barrymore) y poco después la ópera conquistó en rápida sucesión los escenarios operísticos más importantes del mundo (la Staatsoper de Viena, la Scala de Milán, el Teatro Colón de Buenos Aires). Numerosas ciudades han vivido conmovidas este documento. Ha transcurrido mucho tiempo desde su creación, pero no ha perdido nada de su horrible actualidad.

La lista de las obras de Menotti ha aumentado significativamente desde que el compositor cumplió cincuenta años. De todos modos, esas obras parecen producir efectos más consistentes en Norteamérica y más débiles en Europa donde son atacadas con frecuencia desde el punto de vista artístico, a pesar de que nadie puede negar su efectividad teatral, conseguida con medios totalmente legítimos. En 1956 apareció El unicornio, la gorgona y el animal fabuloso; en 1958 María Golovin, que tuvo más éxito; en 1963 The Last Savage y Laberinto; en 1964 La mentira de Martin; en 1968 (en Ham-burgo) la pieza cómica infantil ¡Socorro, que vienen los globolinks!; en 1973 (en Trieste) The Most Important Man. Todos los textos fueron redactados por el compositor. Combina en ellos teatro realista con teatro surrealista, escenas de la vida cotidiana con visiones y alucinaciones. Su música utiliza numerosas innovaciones sonoras de nuestra época, sin abandonar la estructura tonal. Está muy bien escrita tanto en las voces de los cantantes como en la orquesta. Y ofrece, y en esto hay que insistir una y otra vez, un teatro concreto que para mantener la atención del oyente y del espectador no necesita incomprensibles explicaciones teóricas de largo aliento.

Fuente: "Diccionario de la Ópera" Kurt Pahlen

Más Notas
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Ver Historial




Breves

  • HECTOR BERLIOZ

    Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.

  • El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.

  • La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.

  • La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.

  • En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.


Citas

  • DANIEL BARENBOIM

    "Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"

  • GEORGE GERSHWIN

    "Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"

  • GUSTAV MAHLER

    "Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"

  • FRANZ SCHUBERT

    "Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"

  • BEDRICH SMETANA

    "Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"

MULTIMEDIA

  • Danzas polovtsianas

    Alexander Borodin

  • Sinfonía Nº 38 "Praga"

    Wolfgang A. Mozart

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    N° 6 - 10 de octubre de 2010

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2011 - Programa N° 14

  • Rapsodia española

    Maurice Ravel

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2011 - Programa N° 10

  • Carmen

    Georges Bizet

  • Último día de Mozart

    Biografía

Intérpretes

Músicos

Sebastián Piana

Sebastián Piana

Entre los artistas de más extensa trayectoria que haya tenido nuestra música popular, Sebastián Piana se ha distinguido por la jerarquía y la sostenida inventiva de su obra de compositor de formidable clásicos: bastará la mención de "Sobre el pucho", "El pescante", "Arco iris", "Tinta roja" y "Milonga triste", para ubicar inmediatamente su talento, su corazón de hombre de Buenos Aires y el nobilísimo cuño de su inspiración. Musicalizó varias películas y obras teatrales. Son innumerables las obras que lograron un éxito resonante.

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Reynaldo Martín

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Los años 60, fueron muy difíciles para el tango. El rock se había impuesto en la juventud y la política cultural y los medios de comunicación apoyaban más al folklore que a la música ciudadana. El tango estaba "en baja", no se vislumbraba ninguna figura en el horizonte y los tangueros se guarecían en los pocos refugios que había en Buenos Aires. En esas apareció un muchachito rubio, con pinta de galán televisivo, simpático y muy sencillo. Reynaldo Martín fue un remanso de aire puro que enseguida atrajo al público con su voz expresiva y fresca, con una muy buena dicción y, lo que es más importante, afinado.

Voces

Argentino Ledesma

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Nació en Santiago del Estero y llegó a ser una de las voces más populares de los años 50. Se lució con la orquesta de Héctor Varela. Cultor de un repertorio de tangos melódicos, que cantaba con voz afinada y gran carisma, Argentino Ledesma grabó alrededor de 500 temas. Algunos de los más perdurables son: "Cuartito azul", "Fueron tres años" y "Fumando espero". Tangos que serían escuchados no sólo en la Argentina sino en toda Latinoamérica, los Estados Unidos, Europa, Australia o Egipto, durante sus giras.

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