No son pocos los autores cuya fama se basa en una sola obra; menos frecuente es que sea la primera de su carrera. Con Pietro Mascagni ocurrió así y fue suficiente Cavalleria rusticana para asegurarle un lugar de primer nivel en la tendencia operística que se denomina verismo, realismo o naturalismo musical. Aun cuando no se pueda decir que la partitura de esta ópera sea genial en todos los puntos, su aliento dramático conmueve siempre al oyente. Uno podría preguntarse dónde adquirió el compositor semejante maestría siendo tan joven y viniendo de un medio tan modesto. Visite nuestro especial sobre Cavalleria Rusticana.
Pietro Mascagni (1863-1945)
No son pocos los autores cuya fama se basa en una sola obra; menos frecuente es que sea la primera de su carrera. Con Mascagni ocurrió así y fue suficiente Cavalleria rusticana para asegurarle un lugar de primer nivel en la tendencia operística que se denomina verismo, realismo o naturalismo musical.
Nació el 7 de diciembre de 1863 en Livorno (Italia); de joven dirigió grupos operísticos ambulantes de muy poco nivel, igual que Leoncavallo, a quien el destino lo habría de vincular estrechamente. Luego se instaló en Cerignola como maestro de música y director de conjuntos de viento, puesto muy poco importante en Italia y del todo insignificante para la vida musical internacional. Allí tuvo su gran oportunidad: participó en el concurso para óperas en un acto que organizó en 1890 la importante editorial Sonzogno de Milán, lo ganó y la noche del 17 de junio de 1890 obtuvo en el Teatro Costanzi de Roma con su primera obra un indescriptible triunfo que se expandió rápidamente por todos los escenarios del globo y le dio celebridad mundial.
A partir de entonces (el autor tenía sólo 26 años) se esperaron con gran interés todas las obras que salieran de su pluma, pero ya no pudo lograr aquel impacto, a pesar de que compuso varias óperas interesantes, incluso bellas: L’amico Fritz (1891), Iris (1898), Isabeau (1911), El pequeño Marat (1922) y New (1935) fueron los jalones más importantes de una larga vida que, hasta el postrer día (falleció en Roma el 2 de agosto de 1945), estuvo iluminada por el resplandor de Cavalleria rusticana.
HECTOR BERLIOZ
Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.
El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.
La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.
La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.
En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.
DANIEL BARENBOIM
"Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"
GEORGE GERSHWIN
"Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"
GUSTAV MAHLER
"Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"
FRANZ SCHUBERT
"Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"
BEDRICH SMETANA
"Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"
Orquesta y Coro de la Scala de Milán - Ricardo Mutti
Félix Mendelssohn
Giuseppe Verdi
Programa N° 13 - 28 de noviembre de 2010
Renata Tebaldi (Floria Tosca) - Mario del Monaco (Mario Cavaradossi)
Antonin Dvôrak
Claude Debussy
Mirella Freni (Madama Butterfly)
Violoncellista, pianista, arreglador y compositor. Formó parte de las orquestas de tango más relevantes de la época. Fue estable en la de Francini-Pontier pero el elegido de todos los maestros para las grabaciones como Aníbal Troilo, Atilio Stampone, Osvaldo Fresedo. En 1954 se sumó a la “patriada” de Astor Piazzolla: armar el Octeto Buenos Aires, que revolucionó al tango. El sonido especial de su violoncello, unido a su virtuosismo, le permitió jerarquizar el instrumento por lo que las orquestas típicas de entonces dieron entidad a este instrumento como solista a la par del violín, a partir del surgimiento de José Bragato como notable violoncellista.
Tenía la pinta de un malevo imaginado por Jorge L. Borges. La de un compadre de los viejos tiempos, de aquellos que solían transitar entre el campo y los arrabales de la ciudad, silenciosos y distantes, que solamente respondían ante una provocación. Aunque el suyo fue un caso particular, sólo el tango lo llevaba a la acción. Y fue el más violento de todos, porque los títulos que engrosaron su repertorio fueron desafíos que confrontó hasta sangrar, todos elegidos para tal efecto, salvo algunas licencias como para aliviar tensiones.
La resurrección del cuarenta, la nostalgia de una época de cantores insuperables y la alegría de recuperar el recuerdo de aquellos tiempos del tango invicto, todo eso fue Luis Cardei. Escuchar su voz, profunda y pequeña, nos transporta al Buenos Aires de los patios con glicinas, del chirrido del viejo tranvía, de la bohemia del “trocen”, de las revistas del Maipo y El Nacional, de los primeros boletos en el hipódromo y de tantas otras cosas. Un pedacito de cantor, una enormidad de ser humano. Fue un cantor intimista, de fraseo porteño y delicado que generaba un clima emotivo con su media voz que se va quebrando lentamente, como si se fuera apagando.
Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.
El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.