Viernes, 03 de Mayo de 2024

Clásica y Ópera | Obras Maestras

Sinfonía Nº 4 de Franz Schubert

Sinfonía Nº 4 de Franz Schubert

La Sinfonía Trágica fue iniciada a principios de abril y terminada el 27 de ese mes de 1816. Quizás haya sido interpretada poco después por la orquesta de aficionados en la que Schubert tocaba la viola. La primera presentación profesional fue dirigida por A. F. Riccius en Leipzig, el 19 de noviembre de 1849. Todas las sinfonías de Schubert anteriores a la Inconclusa fueron obra de un hombre que apenas había salido de la adolescencia. Schubert tenía una extraordinaria capacidad y un talento maravilloso, de manera que pudo componer una increíble cantidad de música.








Pero debemos recordar que el grueso de sus creaciones musicales fueron escritas por un joven y que ninguna de ellas fue compuesta por un hombre maduro: Schubert falleció a la edad de 31 años.

Por lo tanto, no deberíamos sorprendernos de encontrar una sinfonía denominada la Trágica que no explora realmente las profundidades del espíritu humano. Ni debería sorprendernos escuchar algo más que meros atisbos de Beethoven en esta música, así como en la siguiente sinfonía son fuertes las influencias de Mozart y Haydn. A medida que el adolescente Schubert estudiaba las obras de los compositores que más respetaba, asimilaba sus técnicas y estilos. Su propio don lírico también es evidente a lo largo de toda la Cuarta Sinfonía, pero no fue sino hasta sus últimas obras que logró liberarse de la influencia a veces dictatorial de Beethoven.

Schubert vivió en la misma ciudad que el compositor cuyo genio admiraba tímidamente y desde lejos. Nunca conoció a Beethoven, pero sí a su música. "¿Quién puede hacer algo después de Beethoven?", se preguntaba Schubert con aparente desesperación. Los dos compositores eran muy diferentes. Beethoven provenía directamente de la tradición clásica de Mozart y de Haydn y por eso su música está siempre construida ajustadamente. Pero Schubert era lo opuesto.

Su musa lírica nunca dominó por completo la forma clásica, pero sin embargo su música canta con emociones tan auténticas como lo hace la de Beethoven. La intensidad pletórica de la música de Beethoven tenía el freno de las restricciones impuestas por las formas clásicas, pero las emociones de Schubert brotaban naturalmente y la lucha era ajena a su estética.

En el momento en el que escribió la Sinfonía en Do menor, Schubert se sentía atraído por las piezas más emotivas de Beethoven. La Cuarta Sinfonía está en deuda con las obras de Beethoven en la misma tonalidad: el Tercer Concierto para Piano, el Cuarto Cuarteto para Cuerdas, la Obertura Coriolano y la Quinta Sinfonía.

La audaz apertura -un sostenido Do tocado por toda la orquesta- sugiere a Beethoven (la Obertura de Coriolano comienza del mismo modo), como lo hace el comienzo del allegro posterior. Las notas repetidas que aparecen en muchos pasajes suenan primero como una intensificación beethoveniana, pero luego Schubert, que disfruta por completo de este sonido particular, se demora en ellas y regresa a ellas una y otra vez. De manera que pierden parte de su intensidad y adquieren en cambio una gracia que es exclusivamente schubertiana.

La Cuarta Sinfonía es más encantadora en los momentos en que se parece menos a Beethoven, como sucede, por ejemplo, en el bellamente lírico movimiento lento. La forma aquí es la simple alternancia de dos ideas muy diferentes (la segunda, de paso, es una transformación del tema principal del primer movimiento). Cuando no trata de lograr una complejidad comparable a la de Beethoven, Schubert compone un movimiento de una inmediatez y un encanto que son, a su modo, incluso dramáticos: es de observar la transición al segundo tema y el repentino surgimiento de tresillos en la coda.

El tercer movimiento regresa al mundo de Beethoven. Su intenso cromatismo es desusado en Schubert, como lo son las complejidades de métrica. La manera en la que fuerza una melodía de 2/4 en compases de 3/4 iniciando en el tercero en lugar del cuarto tiempo, es típica en Beethoven pero rara en Schubert. El acompañamiento nos recuerda sutilmente que 3/4 es el compás adecuado para un minué (realmente, el tiempo rápido hace que este movimiento sea más parecido a un scherzo, a pesar de la indicación menuetto, otro rasgo al estilo de Beethoven).

Moldear el final en Do menor en lugar de Do mayor, pero cambiando a mayor en la coda, es una idea totalmente beethoveniana. Cuando Beethoven hace algo similar, el modo mayor llega como catarsis, como una resolución ganada a través de una batalla, en tanto que para Schubert es simplemente un contraste. Si Beethoven hubiera escrito esta sinfonía, sin duda hubiera hecho que los cuatro movimientos avanzaran hacia el logro del Do mayor como un objetivo. Schubert es más pausado en su modo de encararlo: le gusta que su música pase del Do menor al Do mayor, y así la hace desplazarse tanto en el primero como en el último movimiento. No le preocupa el efecto de la resolución del primer movimiento sobre el final: algo que merece ser escuchado una vez, también merece ser escuchado dos veces. El final tiene claros gestos que se vuelcan hacia Beethoven en sus temas, pero su desarrollo y sus modulaciones hacen que el movimiento en última instancia sea Schubert puro. A pesar de su inquieto comienzo, adquiere tan buen humor hacia el final que podríamos preguntarnos por qué Schubert eligió poner el nombre de Trágica a esta sinfonía.
 
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Breves

  • HECTOR BERLIOZ

    Fue un creador cuyo obstáculo fue la intransigencia de la mayoría de los músicos en casi todos los temas, desde su apoyo al uso del saxofón o a la nueva visión dramática de Wagner. Su vida fue excéntrica y apasionada. Ganó el Premio de Roma, el más importante de Francia en aquel momento, por una cantata hoy casi olvidada. Su obra musical es antecesora de estilos confirmados posteriormente.

  • El aprendiz de brujo de Paul Dukas se basa en una balada de Goethe. Es un scherzo sinfónico que describe fielmente cada frase del texto original.

  • La primera ópera de la que se conserva la partitura es Orfeo de Claudio Monteverdi. Se estrenó en Mantua en 1607, con motivo de la celebración de un cumpleaños, el de Francesco Gonzaga.

  • La obra que Stravinski compuso desde la época del Octeto de 1923 y hasta la ópera The Rakes Progress de 1951, suele considerarse neoclasicista.

  • En la Edad Media encontramos la viela de arco, de fondo plano y con dos a seis cuerdas, que se perfeccionó en la renacentista, hasta llegar a su transformación en el violín moderno a partir del siglo XVI, cuando se estableció una tradición de excelentes fabricantes (violeros) en la ciudad de Cremona.


Citas

  • DANIEL BARENBOIM

    "Un director no tiene contacto físico con la música que producen sus instrumentistas y a lo sumo puede corregir el fraseo o el ritmo de la partitura pero su gesto no existe si no encuentra una orquesta que sea receptora"

  • GEORGE GERSHWIN

    "Daría todo lo que tengo por un poco del genio que Schubert necesitó para componer su Ave María"

  • GUSTAV MAHLER

    "Cuando la obra resulta un éxito, cuando se ha solucionado un problema, olvidamos las dificultades y las perturbaciones y nos sentimos ricamente recompensados"

  • FRANZ SCHUBERT

    "Cuando uno se inspira en algo bueno, la música nace con fluidez, las melodías brotan; realmente esto es una gran satisfacción"

  • BEDRICH SMETANA

    "Con la ayuda y la gracia de Dios, seré un Mozart en la composición y un Liszt en la técnica"

MULTIMEDIA

  • Estudio Nº 12

    Frederic Chopin

  • Concierto para piano Nº 2

    Camille Saint Saens

  • Concierto de Aranjuez

    Joaquín Rodrigo

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2012 - Programa N° 27

  • Candida

    Leonard Bernstein

  • Largo al factotum

    Leo Nucci (Fígaro)

  • Hágase la Música en Radio Brisas

    Ciclo 2011 - Programa N° 2

  • Música para los reales fuegos artificiales

    Georg F. Haendel

Intérpretes

Poetas

Ángel Villoldo

Ángel Villoldo

Ángel Villoldo nació el 16 de febrero de 1861 y falleció el 14 de octubre de 1919. Ostenta el título de “Padre del tango”, un poco exagerado porque fueron muchas las circunstancias que originaron nuestra música. Pero su gravitación fue tan importante en sus inicios y desarrollo que lo hizo merecedor del apelativo.

Músicos

José Libertella

José Libertella

Los que disfrutaron de su música sobre el escenario lo recordarán, seguramente, con esa pasión que ponía cada vez que acomodaba el paño sobre sus rodillas, tomaba el instrumento y cumplía con el ritual de la función. Y quizá como ese hombre apasionado al que le saltaba la tanada ajustando cada detalle, preocupado porque el sonido o las luces no eran los óptimos. José Libertella nació en Calvera, Italia, su padre Juan construía tejas y trabajaba la tierra, fue el primero en emigrar a la Argentina. José lo siguió el 7 de junio de 1934, tenía once meses, viajó en el buque Principessa María en brazos de su madre.

Voces

Ángel Vargas

Ángel Vargas

Posiblemente, junto a Francisco Fiorentino, fue el modelo del "cantor de la orquesta". Tanto es así que hablar de Ángel Vargas nos remite indefectiblemente a Ángel D'Agostino, el director de la orquesta de sus grandes éxitos. Cantor de una personalidad impresionante, es el símbolo del fraseo porteño de los años cuarenta. Vargas canta como únicamente se cantó en el cuarenta. Su fraseo era reo y compadrito pero al mismo tiempo, de un infinito buen gusto. Tenía una dulzura que disimulaba su voz pequeña pero varonil, transmitía simpatía y era sobretodo, un cantor carismático. Fue sin duda uno de los más grandes artistas de nuestro tango.

Junín, 13/06/2016

Presentaron “Tango en Junín”

Los amantes del tango podrán disfrutar de diversas actividades durante cinco días en Junín. El intendente la Ciudad, Pablo Petrecca, presentó oficialmente “Tango en Junín”, un importante ciclo cultural que se desarrollará entre el 13 y el 17 de julio próximos e incluirá la realización de la preliminar del Festival y Mundial de Tango BA 2016.

Mar del Plata, 30/05/2016

Amelita Baltar en el Teatro Colón

El sábado 11 de Junio a las 21 hs se presentará en el Teatro Municipal Colón la gran cantante Amelita Baltar, acompañada por la Orquesta Municipal de Tango que dirige el Maestro Julio Davila y el pianista Aldo Saralegui como invitado especial. Luego de su presentación en Mar del Plata, la cantante estrenará un nuevo espectáculo: "Noches de Kabaret" en el Teatro Maipo de Buenos Aires.

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